Este septiembre me apunté a un curso de masaje para bebes. Tuvimos 4 sesiones con Joanna Fraser profesora de la International Association of Infant Massage IAIM . Cada día aprendíamos a masajear una parte del cuerpo, hasta completarlo.

El masaje a los bebes se recomienda desde el primer mes de nacido y tiene muchos beneficios, especialmente en bebes prematuros. El contacto piel con piel es el alimento para nuestro cerebro emocional. El masaje nutre el vínculo con el bebe, es una forma de comunicación cuando no hay palabras. A través de tus manos puedes expresarle todo lo que sientes y hacerle sentir querido. Además, estimula el sistema digestivo, circulatorio, vestibular, inmunológico… es un gran aliado contra los famosos cólicos y gases del lactante.

Ayuda al bebe a darse cuenta de su propia corporalidad, en contacto desnudo con el entorno, le despierta al mundo. Ayudar al bebé a relajarse antes de dormir, por ejemplo, fomenta un mejor sueño, relaja el tono muscular, regula sus emociones, le enseña a calmarse y rebaja el estrés.

En definitiva, me llevo una nueva herramienta, 4 sesiones de disfrutar viendo como mis hijas se relajaban y sonreían.

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